
En la última semana, Western Union se vio forzado a cerrar temporalmente algunas de sus oficinas debido a la abrumadora cantidad de clientes que buscaban retirar envíos de dinero. Lo que en un principio parecía ser una acumulación inusual de transacciones resultó estar vinculado a una vulnerabilidad en la plataforma de envíos a través de Apple Pay y los bancos asociados.
Según informaciones obtenidas, un grupo de usuarios descubrió una brecha en el sistema que les permitía realizar envíos de hasta 10,000 dólares utilizando cuentas creadas con apenas 30 dólares de saldo inicial. Este fraude fue posible gracias al retraso en el procesamiento de transacciones entre Apple Pay y el banco receptor, lo que permitía a los estafadores enviar grandes sumas de dinero y retirarlas rápidamente en Western Union antes de que la institución bancaria detectara la falta de fondos reales.
El impacto económico de este esquema aún no ha sido cuantificado en su totalidad, pero se estima que las pérdidas ascienden a cifras millonarias. Los bancos afectados están procediendo con el bloqueo de las cuentas utilizadas en la operación y tomando medidas para recuperar los fondos. Se presume que las personas cuyos datos fueron utilizados para abrir estas cuentas podrían enfrentar repercusiones legales y financieras.
Por otro lado, Western Union podría iniciar acciones legales contra los responsables, y las autoridades ya están evaluando la posibilidad de perseguir judicialmente a los implicados en el fraude dentro del país. Hasta el momento, ni Apple Pay ni las entidades bancarias han emitido comunicados oficiales sobre las medidas que tomarán para prevenir futuros incidentes.
Este caso pone de manifiesto la necesidad de reforzar los controles en los sistemas de pago digital y en la verificación de identidades para evitar que vulnerabilidades como esta sean explotadas con fines fraudulentos.