Teuchitlán, Jalisco – El reciente descubrimiento de un rancho en Teuchitlán, ubicado en el occidente de México, ha puesto nuevamente en evidencia la brutalidad del crimen organizado en el país. En el lugar, se encontraron restos óseos y más de 700 objetos personales, lo que indica que el sitio fue utilizado tanto como centro de reclutamiento como de exterminio, según denuncias del colectivo de búsqueda de desaparecidos que realizó el hallazgo.
A pesar de que las autoridades localizaron el rancho en septiembre pasado, la investigación no ha mostrado avances significativos. La propiedad se encuentra en territorios dominados por el Cártel de Jalisco Nueva Generación, una de las organizaciones criminales más poderosas del país. Sin embargo, la falta de acción por parte de las autoridades ha generado indignación entre los familiares de víctimas de desaparición forzada y colectivos de derechos humanos.
Este hallazgo se suma a una preocupante tendencia que ha ido en aumento durante los últimos 15 años. Lugares similares han sido encontrados en diferentes regiones del país, revelando la existencia de espacios donde los cárteles no solo ejecutan a sus víctimas, sino que también practican el reclutamiento forzoso de personas, muchas de ellas jóvenes que desaparecen sin dejar rastro.
Colectivos de búsqueda han denunciado reiteradamente la inacción gubernamental y la impunidad que rodea estos crímenes. «Los gobiernos intentan evadir esta realidad, pero no podemos seguir ignorándola. Necesitamos justicia y acción inmediata», expresaron representantes de organizaciones que trabajan en la identificación de víctimas y la localización de fosas clandestinas.
Ante esta situación, organismos nacionales e internacionales han hecho un llamado urgente a las autoridades para que aceleren las investigaciones y garanticen el acceso a la verdad y la justicia para las familias afectadas. Mientras tanto, la comunidad de Teuchitlán y los colectivos de búsqueda continúan su lucha por esclarecer lo ocurrido en este macabro sitio.
