El senador Marco Rubio, nominado por el presidente electo Donald Trump para dirigir la diplomacia de Estados Unidos, advirtió durante su audiencia de confirmación que la crisis en Haití representa no solo un desafío interno, sino también una amenaza potencial para la estabilidad de la vecina República Dominicana.
Rubio descartó que una intervención militar de Estados Unidos sea la solución para restaurar la seguridad en Haití, un país marcado por una profunda crisis política, económica y social. «No creo que nadie pueda decir que tiene un plan maestro para arreglar eso de la noche a la mañana», señaló Rubio.
El senador subrayó que la clave está en garantizar la estabilidad y la seguridad en Haití, pero destacó que este esfuerzo debe ser colectivo y contar con la participación de aliados internacionales. «Hay que establecer una seguridad de base, y no va a provenir de una intervención militar de Estados Unidos», explicó.
Rubio hizo un llamado a los socios extranjeros, especialmente aquellos del hemisferio occidental, para que contribuyan a estabilizar la situación en Haití. Según él, este tipo de cooperación es esencial para abordar de manera efectiva el problema y mitigar cualquier impacto negativo que pudiera extenderse a la República Dominicana y a otros países de la región.
La situación en Haití continúa siendo un tema de preocupación global, y la postura de Rubio podría marcar la dirección de la política exterior de Estados Unidos hacia el país caribeño bajo la administración de Trump.
